EL SAQUEO DE AMBERES
No, el saqueo de Amberes cometido por los Tercios de Flandes no fue ni de lejos la masacre de inocentes que los enemigos de España han difundido. La numerosa muerte de civiles armados fue debida precisamente a que habían sido previamente armados con unos 14.000 mosquetes que habían sido repartidos por la ciudad con la intención de asaltar el castillo de la ciudad, donde estaban acampados los 600 soldados españoles que estaban en la ciudad para proteger a los católicos de los crímenes que estaban siendo objeto por parte de los protestantes.
Los motivos que causaron aquel desenlace histórico, fueron tres:
1/ El golpe de estado realizado por varios miembros protestantes del gobierno de Amberes, quienes habían arrestado a los miembros del consejo que eran católicos. La apertura de las puertas de la ciudad a las fuerzas protestantes (6.000 soldados holandeses) para atacar a los Tercios españoles. Por consiguiente, el sentimiento de haber sido traicionados por parte de la población de la ciudad, brotó entre los escasos soldados españoles.
2/ La ausencia de un mando con autoridad y carisma en las tropas españolas. El anterior, el catalán Luis de Requesens, había fallecido unos meses antes por enfermedad y no había tenido tiempo de nombrar un sucesor para el cargo, por lo que el mando recayó temporalmente en Peter Ernst von Mansfeld, un noble católico alemán leal a Felipe II, un experimentado militar pero con escaso carisma entre la tropa.
3/ La quiebra económica de España el año anterior. La falta de liquidez había dejado al ejército católico de Felipe II sin cobrar durante meses, lo cual había provocado dejadez entre los soldados españoles y deserciones masivas entre los soldados centroeuropeos (mayoritariamente alemanes), que hasta la fecha habían permanecido aliados.
Enterados los destacamentos españoles del resto de ciudades de Flandes, de la emboscada que se estaba fraguando en Amberes contra sus hermanos, decidieron hacer un paréntesis en su “huelga” por falta de pago, para acudir en socorro. Cuando llegaron a Amberes y se encontraron con la guarnición española sitiada, estos los animaron a que comieran para reponer fuerzas, a lo que los recién llegados respondieron:
El 4 de noviembre de 1576, los casi 3.000 españoles salieron en tromba del castillo arremetiendo contra los 20.000 enemigos (6.000 soldados holandeses más los 14.000 civiles armados), quienes se convirtieron de sitiadores a sitiados, siendo abatidos por la ciudad. Un numeroso grupo de holandeses se atrincheró en el ayuntamiento de la ciudad y desde las ventanas disparaban contra los españoles, por lo cual se decidió incendiar el edificio. El fuego no solo acabó con la hostilidad holandesa sino que también, desgraciadamente, se propagó a otros edificios colindantes, llegando a afectar a unas 80 viviendas de la ciudad.