ARTE

EL MONTE DE LAS ÁNIMAS

Gustavo Adolfo Bécquer retratado por su hermano Valeriano

EL MONTE DE LAS ÁNIMAS de Gustavo Adolfo Bécquer.

La leyenda cuenta lo que le ocurrió a un joven llamado Alonso al intentar complacer a su prima durante la noche de difuntos, la noche de la festividad de Todos los Santos. Se publicó el 7 de noviembre de 1861.
La historia transcurre en Soria, en el llamado Monte de las Ánimas, el día de los difuntos. Al parecer, a este monte que llamaban de las ánimas pertenecía a los Templarios, que eran guerreros y religiosos a la vez. Cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo venir para defender la ciudad, lo que ofendió a los nobles de Castilla y se creó rivalidad entre ellos. Así, se inició una batalla hasta que el rey finalizó la lucha; el monte fue abandonado y en la capilla de los religiosos se enterraron los cuerpos de unos y otros.
Cuenta la leyenda que cuando llega la noche de los difuntos las almas de los muertos corren junto con los animales del monte y nadie quiere estar ahí en dicha fecha.

Su verdadero y completo nombre era Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida. El apellido Bécquer era el apellido materno de su padre que tenia orígenes flamencos del siglo XVI y que también utilizó artísticamente, pues era un conocido pintor sevillano.

Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, heredó las dotes para el dibujo de su padre pero la pronta muerte de este, hizo que no continuara con la carrera pictórica, aunque en el futuro realizase algunos dibujos. A la temprana edad de diez años despertó su interés por la poesía y la literatura y junto a un compañero de estudios, escribió sus primeras obras; un drama titulado “Los Conjurados” y una comedia; “El bujarrón del desierto“. Ese mismo verano aprende a nadar en el Guadalquivir y a manejar la espada. Con 18 años se marchó a Madrid en busca de fama literaria y tuvo trabajillos como traductor de francés, hasta que consiguió trabajo como redactor en un periódico nuevo; El Contemporáneo.

Como buen romántico, tuvo varias musas de las que siempre estuvo enamorado y por las que siempre fue despechado; Una cantante de ópera de ojos azules llamada Julia Espín. Motivado por ella, comenzó a escribir las primeras Rimas que más tarde harían famoso al escritor. Años más tarde conoció a Casta Esteban y Navarro, hija de un médico, con la que se casó y tuvo tres hijos.

Trabajó como redactor en varios periódicos y en algunas zarzuelas. Falleció muy joven, de tuberculosis, a la edad de 34 años en Madrid. En 1913 su cuerpo fue trasladado a Sevilla y desde el año 1972, sus restos reposan en el Panteón de sevillanos Ilustres.

En el año 1965, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, realizó un billete de 100 pesetas que estuvo en circulación durante varias décadas, dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer, autor de El Monte de las Ánimas.

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