JUAN DE GARAY FUNDA SANTA FE
La fundación de la ciudad de Santa Fe (actual Argentina) por Juan de Garay el 15 de noviembre de 1573 fue crucial para la vertebración de Hispanoamérica en la cuenca del Río de la Plata y la comunicación entre la ciudad de Asunción con el Atlántico y el Alto Perú.
A mediados del siglo XVI, era imprescindible asegurar una ruta de comunicación eficiente entre las poblaciones dispersas en el vasto territorio sudamericano, específicamente entre Asunción (actual Paraguay) y el Alto Perú, y la desembocadura del Río de la Plata. Asunción se encontraba aislada, y expediciones anteriores para establecer asentamientos y puertos, como Sancti Spíritus, habían fracasado.
Juan de Garay (Burgos ó Vizcaya 1528), un explorador y funcionario vizcaíno, recibió la orden del gobernador de Asunción, Martín Suárez de Toledo, de fundar una ciudad que sirviera como posta y nexo vital en esta ruta. El objetivo principal era doble: por un lado, romper el aislamiento de Asunción y, por otro, ofrecer un puerto interior que facilitara el comercio y la defensa del territorio.
En abril de 1573, Garay partió de Asunción al mando de una expedición compuesta por un centenar de personas, incluyendo mancebos criollos que buscaban ascenso social y tierras fértiles. La expedición se dividió en dos grupos: uno navegó por el río Paraná y el otro se desplazó por tierra.

Durante el trayecto, a la altura de la actual Coronda, Garay se encontró con Jerónimo Luis de Cabrera, quien había fundado Córdoba y pretendía establecer un puerto en la misma zona. Ambos capitanes sabían que ninguno tenía permiso real para fundar en esa ubicación exacta, y existía una disputa sobre a quién correspondía el territorio. En un momento crucial, Cabrera le preguntó a Garay si ya había realizado alguna fundación formal en el área. Garay, con gran astucia y para evitar un conflicto abierto o que Cabrera se le adelantara, le mintió, asegurándole que aún no había fundado nada en el área, para ganar tiempo y consolidar su propia fundación.
Tras este encuentro, y aliviado de que Cabrera hubiera creído su versión y regresado a Córdoba por otros asuntos (incluyendo un inminente ataque indígena), Garay se apresuró a formalizar la fundación de Santa Fe. Tras evaluar varios sitios, Garay eligió un lugar adecuado en la provincia de Calchines y Mocoretáes, a orillas de un brazo del río Paraná conocido como río de los Quiloazas (actualmente río San Javier), cerca de la localidad de Cayastá. El 15 de noviembre de 1573, en un acto formal y simbólico, Juan de Garay declaró fundada y asentada la ciudad de Santa Fe, en nombre del rey Felipe II.
El acto incluyó la erección de un «Palorrolo» o rollo de justicia, símbolo del poder real y la ley. Garay destacó las ventajas del lugar, mencionando la abundancia de agua, leñas, pastos, pesquerías, tierras y estancias convenientes para los futuros pobladores.

Garay implementó el típico plano urbanístico español en forma de damero o cuadrícula, que se convertiría en el primer plano de este tipo en el actual territorio argentino. La traza original constaba de 11 manzanas de norte a sur y 6 de este a oeste, con una plaza principal y solares asignados para la iglesia, edificios públicos y viviendas de los vecinos. También se delimitaron las tierras para quintas, chacras y estancias destinadas a la agricultura y ganadería.
La ciudad se pobló con los miembros de la expedición y se nombraron las primeras autoridades, incluyendo regidores, para establecer la justicia y el orden.
A pesar del cuidadoso diseño inicial, la ubicación original de Santa Fe (hoy conocida como Santa Fe La Vieja) resultó problemática con el tiempo. Aproximadamente 80 años después de su fundación, la ciudad enfrentó desafíos persistentes, como problemas con el agua, plagas y constantes ataques de tribus indias.
Entre 1650 y 1660, se tomó la decisión de trasladar la ciudad unos 80 kilómetros al sur, a su emplazamiento actual, en una península que ofrecía mejor defensa natural. El proceso de mudanza fue gradual y llevó una década, durante la cual coexistieron brevemente la vieja y la nueva Santa Fe. En 1660, la ciudad estaba oficialmente asentada en su nueva localización, replicando el plano original de Garay y manteniendo la ubicación de los edificios institucionales alrededor de la plaza principal.

Las ruinas de la primera fundación permanecieron ocultas hasta su descubrimiento en 1949, convirtiéndose en un importante sitio arqueológico.
En resumen, la fundación de Santa Fe por Juan de Garay fue un acto impulsado por la necesidad de conexión territorial, y sentó las bases para el desarrollo de una de las ciudades clave del litoral Del Río de la Plata, que superaría las dificultades de su emplazamiento original mediante un notable proceso de traslado.

Yo, Juan de Garay, capitán y justicia Mayor en esta conquista y población del Paraná y Río de la Plata. Digo que en el nombre de la Santísima Trinidad y de la Virgen Santa María y de la universidad de todos los Santos y en nombre de la Real Majestad del rey Don Felipe nuestro señor y del muy ilustre Señor Juan Ortiz de Zárate, Gobernador, Capitán General y Alguacil Mayor de todas las provincias del dicho Río de la Plata, por virtud de los poderes que para ello tengo de Martín Suárez de Toledo Teniente de Gobernador que al presente reside en la ciudad de la Asunción. Digo que en el dicho nombre y forma que dicho tengo, fundo y asiento y nombro esta ciudad de Santa Fe, en esta provincia de Calchaquíes y mocoretáes, por parecerme que en ella hay las partes v cosas que conviene para la perpetuación de la dicha ciudad de agua y leñas y pastos, pesquerías y casas y tierras y estancias para los vecinos y moradores de ella y repartirles, como su Majestad lo manda y asiéntola y puéblola con aditamento que a todas las veces que pareciere o se hallare otro asiento más conveniente y provechoso para la perpetuidad, lo pueda hacer de acuerdo y parecer del Cabildo y Justicia que en esta ciudad hubiere, como pareciere que al servicio de Dios y de su Majestad convenga; y porque su Majestad manda a los Gobernadores y Capitanes que así poblaren y fundaren nuevos pueblos y ciudades, les da poder y comisión para que puedan nombrar en su real nombre, Alcaldes y Regidores y para que tengan en justicia y buen gobierno y policía las tales ciudades o pueblos, así yo, en nombre de su Majestad y de dicho Señor Gobernador, nombro y señalo por alcalde a Juan Espinosa y a Ortuño de Arbildo y por Regidores a Benito de Morales Hernando de Salas y a Mateo Gil y a Domingo Ramirez y a Lázaro Beñalvo y a Juan Santa Cruz y así, en nombre de su Majestad v de dicho Señor Gobernador, les doy poder y facultad para que usen y ejerzan los dichos oficios de Alcalde v Regidores en aquellas casas y cosas convenientes a ellos tocantes, conforme a las ordenanzas que su Majestad tiene hecha para las ciudades y pueblos de las Indias, para que usen así de Alcaldes Ordinarios como de la Hermandad en todos los negocios a ellos tocantes y no es tanta que su Majestad, por sus reales provisiones manda que sean cada año elegidos y así, cumpliendo sus reales mandamientos, por tales los nombro y señalo, pero pareciéndome que la elección que se ha de acostumbrar a nacer sea un día señalado, como es uso y costumbre en todas las ciudades y los reinos de su Majestad, digo que les doy poder y facultad, en nombre de su Majestad, para que ejerzan y usen los dichos oficios y cargos desde el día de la fecha de ésta, hasta el día y año nuevo que vendrá que es el principio del año que vendrá de mil quinientos setenta y cuatro, y así mando por ordenanza que aquel día antes de misa, todos los años, tengan de costumbre juntarse en su cabildo los Alcaldes y Regidores con el escribano del Cabildo v hacer su nombramiento y elección, como Dios mejor les diere entender y en la manera y forma que se acostumbra en todos los reinos del Perú. Otro sí, mando a los Alcaldes y Regidores vayan conmigo y en el conmedio de la plaza de esta ciudad me ayuden a alzar y enarbolar un palo para Rollo para allí, en nombre de S. M. y del Señor Gobernador Juan Ortiz de Zárate, se pueda ejecutar la justicia en los delincuentes, conforme a las leyes y ordenanzas reales.»
«Otro sí, nombro y señalo por jurisdicción de esta ciudad: por la parte del camino del Paraguay y hasta el cabo de los anegadizos chicos y por el río bajo, camino de Buenos Aires, veinticinco leguas más abajo de Sancti Spiritus, y hacia las partes del Tucumán, cincuenta leguas a la tierra dentro desde las barrancas de este río y de la otra parte del Paraná, otras cincuentas.»
«Otro sí, mando que el asiento y repartimiento de los solares, casas de los vecinos de esta ciudad, se edifiquen y asiente y se guarden conforme una traza que tengo señalada en un pergamino que es hecho en este asiento ciudad de Santa Fe, hoy domingo, a quince de noviembre de 1573 año.»
«Otro sí, en la traza de esta ciudad tengo señalados dos solares para la Iglesia Mayor, la cual nombro LA VOCACION DE TODOS LOS SANTOS Testigos que a todo lo susodicho fueron presentes: Francisco de Sierra, maese de campo de esta conquista y Antonio Tomás y Hernán Sánchez. Hecha día, mes y año dicho. Juan de Garay, por mando del Señor capitán, Pedro de Espinosa escribano nombrado por la justicia. Por testigo: Francisco de Sierra, por testigo: Antonio Tomás, por testigo: Hernán Sánchez.»


