ARTE

EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.

Así comienza el primer capítulo de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha una novela escrita por Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada la primera parte el 16 de enero de 1605, es la obra más destacada de la literatura española y una de las principales de la literatura universal, además de ser la más leída después de la Biblia. Considerada la primera novela moderna y el mejor trabajo literario jamás escrito, ejerció un enorme influjo en toda la narrativa europea, incluso en los países angloparlantes. El propio William Shakespeare quedó fascinado de Cervantes. En Francia también es una obra muy estimada y en Rusia; allí los grandes escritores como Dostoievski y otros grandes intelectuales, leyeron la obra en francés, pues por entonces no había una versión traducida al ruso. La universalidad de Don Quijote no tiene limites.

Su fluidez en la narrativa y porque la maldad, la picaresca, la corrupción y la ignorancia de la que es víctima Don Quijote en la novela, están presentes en todas las sociedades y en todos los continentes en mayor ó en menor medida. Los defectos y virtudes del Ser Humano que describe Cervantes en su novela son universales y atemporales, Don Quijote es tomado por un loco por luchar por un mundo más justo, por eso es una obra universal. Además, el humor es constante y de una fina ironía que respeta la dignidad humana y saca provecho del contraste entre lo idealizado y lo vulgar.

La novela comienza describiéndonos a un hidalgo venido a menos, oriundo de un lugar indeterminado de La Mancha, quien de tanto leer novelas de caballería medieval, termina enloqueciendo y creyéndose ser uno. Adopta un seudónimo sugerente y acorde con el de los héroes de las novelas de caballería: Don Quijote de la Mancha. Bautiza a su caballo como Rocinante, reconstruye las armas de sus bisabuelos y elige a una dama de quien estar enamorado; Dulcinea del Toboso, que es en realidad una moza labradora de muy buen parecer que encuentra por el camino. Le suceden toda suerte de tragicómicas aventuras en las que, impulsado en el fondo por la bondad y el idealismo, busca ayudar a los desfavorecidos y desventurados.

Don Quijote leyendo novelas de caballería. Gustav Dóre 1863

En su primera aventura intenta salvar a un mozo de los azotes de su empleador, lo que no hace sino empeorar la situación del joven. Después reta a unos comerciantes a que reconozcan que su dama (Dulcinea) es la más bella del mundo, sin siquiera verla. Apaleado por uno de los comerciantes, Don Quijote es encontrado por un vecino suyo quien lo lleva de vuelta a su casa y allí es atendido por su sobrina y el ama de la casa. El cura y el barbero del pueblo deciden quemar los libros de caballería que le han perturbado y cuando Don Quijote se entera, le hacen creer que han sido unos encantadores quienes han quemado su colección de novelas. El recurso a las manipulaciones de estos inexistentes encantadores por parte del cura y el barbero, hará peor el remedio que la enfermedad pues a partir de ese momento, ya que en la mente de Don Quijote le desfigurarán la realidad a Don Quijote, permitiéndole explicar sus fracasos.

Visita del cura y el barbero a Don Quijote. Miguel Jadraque y Sánchez Ocaña (1880)

Recuperado de sus heridas físicas, Don Quijote decide retomar la vida de caballero andante aunque para esta ocasión comprende que necesita un escudero y encuentra en un labrador de su pueblo, un pobre ignorante que toma en serio los delirios de Don Quijote; Sancho Panza, el otro personaje fundamental en la novela que le permite a Don Quijote dialogar y que contrapesará su extremo idealismo. Señor y escudero mantienen amenas conversaciones y fraguan una amistad basada en el respeto mutuo aunque Sancho Panza acaba dándose cuenta de la locura de su señor y se aprovecha de esto para deformarle la realidad, generalmente para salir de aprietos en que él lo coloca.

En esta nueva aventura acompañado por Sancho Panza, la primera intervención de Don Quijote es posiblemente la más famosa de todas, cuando la imaginación de Don Quijote vuelve a distorsionar la realidad, haciéndole ver gigantes que en verdad son molinos de viento:

En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vió, dijo a su escudero:

-La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

-¿Qué gigantes?-dijo Sancho Panza.

-Aquellos que allí ves-respondió su amo-, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

-Mire vuestra merced-respondió Sancho-, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino.

-Bien parece-respondió don Quijote- que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas:

Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.

Levantose en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:

-Pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar. Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle a todo el correr de su asno, y cuando llegó, halló que no se podía menear, tal fue el golpe que dio con él Rocinante…

Don Quijote y los molinos de viento. José Moreno Carbonero (1900)

A partir de aquí se suceden otras desventuras, en la mayoría de las cuales Don Quijote y Sancho terminan apaleados ó ridiculizados públicamente, aunque Cervantes intercala alguna en la que Don Quijote sale victorioso. Mientras, el entorno de Don Quijote, sus convecinos, el cura y el barbero, van siguiendo su rastro y en el camino se encuentran con Sancho Panza, que va hacía El Toboso para entregar una carta de amor de Don Quijote a Dulcinea. Entre todos consiguen convencer a Sancho para implicarle en un plan para que engañando a Don Quijote, puedan hacerlo volver a casa. Sancho accede y regresa con su señor y le miente acerca del éxito de su viaje. Convencen a una joven para hacerse pasar por una princesa, cuyo reino está siendo aterrorizado por un gigante. La princesa, el cura y el barbero disfrazados, se presentan ante don Quijote. La princesa le pide que la acompañe para que mate al gigante y libere a su reino. Don Quijote acepta de buen grado y tras un delirante episodio en una posada de caminos, entre todos consiguen amarrar a Don Quijote y le hacen creer que ha sido victima de un encantamiento y lo llevan de vuelta a su pueblo. Así termina la primera parte de El Quijote, en 1615 apareció la segunda parte, titulada; El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

En 1989, una copia de la primera edición de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha  se vendió por 1,5 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los libros más caros de la historia.

Cervantes solo obtuvo un 10% de los beneficios. Por aquel entonces los escritores vendían la licencia de impresión de su obra a la editorial, por lo que perdía la impresión del texto y sus ganancias. Según las cuentas de Francisco de Robles, que compró el privilegio de editar la obra por 1.400 maravedíes, Cervantes sólo obtuvo el 10% de las ganancias que supuso la impresión de su novela.

La primera edición del libro iba a imprimirse en una tirada inicial de tan solo 500 ejemplares. Finalmente fueron entre 1.200 y 1.500 ejemplares.

El Quijote contiene unas 381.000 palabras, de todas ellas casi 23.000 son palabras diferentes, no repetidas.

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