BLASCO DE GARAY
Blasco de Garay (1500-1552) fue un marino, inventor, filósofo, físico e ingeniero español. En el siglo XVI ideó, enunció y propuso ejecutar siete ingenios importantes para la Armada española y para la navegación. Se le atribuye la realización de ciertas máquinas de vapor aplicadas a la navegación. El emperador Carlos I aprobó en cédula de 22 de marzo de 1539 los proyectos de Garay, otorgando que se comenzase a financiar sus proyectos y enviándole a las Atarazanas del Puerto de Málaga, asignándole proveedores. Las máquinas de Garay estarían destinadas a equipar galeras y naos de la Armada Española.
Blasco de Garay es un personaje clave de la historia de España porque sus numerosos inventos, como molinos de mano, primitivas escafandras y otros dispositivos técnicos para el buceo, aparatos para destilar agua del mar, etc. Demuestra que España tuvo grandes inventores adelantados a su época y porque, el expolio de algunos de sus documentos del Archivo de Simancas por parte de las tropas napoleónicas durante la invasión francesa también demuestra la existencia de un plan para eliminar la historia científica y tecnológica española.
Blasco de Garay ideó y perfeccionó un sistema mecánico consistente en unas ruedas de palas colocadas en los costados de los barcos que reemplazaba a los remeros en el caso de las galeras y al viento en las naos. Se llevaron a cabo los primeros experimentos en Málaga el 4 de octubre de 1539. Surgieron varios problemas por lo que tuvo que hacer algunos cambios, y tras pedir al emperador nuevas ayudas económicas, al año siguiente pudo realizar una nueva prueba en un barco de 100 toneladas, consiguiendo que el barco navegase sin necesidad de remos ni velas a una velocidad de una legua por hora.
Tras el éxito de la prueba, el emperador Carlos le pidió hiciese otra prueba en un barco de 300 toneladas y prohibió se hicieran copias de los planos de la máquina. La siguiente prueba se hizo en junio de 1542 delante de Bernardino de Mendoza, que era el Capitán General de las galeras de España. Aunque el barco comenzó a navegar muy bien, al poco comenzó a fallar, por lo que debía continuar mejorando su proyecto. El 11 de julio volvió a intentarlo y en esta ocasión el barco navegó a una velocidad de tres cuartos de legua por hora, más rápido que una galera que estaba allí para establecer comparaciones. El barco que llevaba el ingenio de Blasco de Garay también demostró ser más rápido en las maniobras, pues realizó dos giros en el tiempo que necesitó la galera para hacer uno. Pese a todo, el resultado de las pruebas no recibió el visto bueno de los hombres de confianza que el emperador había enviado a Málaga para supervisar los ensayos.
Ateniéndose a las informaciones recibidas, el emperador dio órdenes para que no se gastase más dinero en el desarrollo de aquel invento, lo cual provocó el enfado de Blasco de Garay que reconocía los fallos habidos, pero estaba seguro podían solucionarse. Blasco de Garay no dejó de insistir y finalmente se le concedieron nuevas ayudas económicas, materiales y humanas para seguir avanzando en su proyecto, de tal manera que el 17 de junio de 1543, Blasco de Garay hizo en el puerto de Barcelona y ante diversas autoridades, un nuevo ensayo.
Para esta ocasión utilizó una nao de 200 toneladas llamada Trinidad, a la cual había acoplado dos ruedas, una a cada lado, que eran movidas por 50 hombres. El ingenio maravilló a todos los presentes, pues navegaba y maniobraba el barco más rápido que una galera, algo que hacía interesante el ingenio, pues en las batallas navales de la época entre galeras, importaba más la rapidez en las maniobras que la velocidad. Por desgracia, no se ha encontrado ningún plano de esta máquina, que quedó guardada en las atarazanas del puerto de Barcelona en el más absoluto secreto, ya que Garay no la quiso revelar a nadie.
La experiencia con los molinos fue más feliz para Blasco de Garay, pues se difundió más rápido y pidió privilegio de invención. Acerca de los demás proyectos de su primer memorial solo hay referencias históricas el que hacía potable el agua del mar:
… Porque si bien los españoles sitiados en 1560 en el fuerte de la isla de los Gelbes (actual Djerba, en Túnez) parece que lograron suplir en parte la falta de agua potable con la de la mar desalada por medio de alambique…
Blasco de Garay siguió intentado conseguir fondos que nunca más volvió a recibir. Su situación económica terminó siendo angustiosa y tuvo que empeñar su propia espada. Desengañado, acabó desistiendo de sus proyectos y falleció poco después. Posteriormente, uno de sus hijos intentó, sin conseguirlo, que la invención fuera aceptada, sin que tardara en ser relegada al olvido.